lunes, 6 de agosto de 2007

Imperfecto

Hace tiempo leí que el cuerpo humano es la máquina perfecta. Era comparado con un ordenador, el cual a partir de sus terminaciones nerviosas y su centro del control en el cerebro era capaz de moverse con una precisión casi perfecta y de realizar multitud de tareas. Una máquina que no ha podido ser imitada y que funciona con una energía que se renueva constantemente. Todo esto crea un acercamiento a la perfección.


Pero como toda máquina se estropea. Se producen averías en puntos que nunca lo hubiéramos imaginado, el dolor se crea y muy difícilmente se acaba. Esto nos enseña la fragilidad de la que estamos hechos. Como malgastamos nuestras vidas hasta que nos vemos postrados en una cama esperando ser reparados de nuevo y echando la vista atrás recordando todas aquellas cosas que pudieron haber sido y al final quedaron es eso, nada.


No hay comentarios: